No me gusta el cambio. Como adicto a la nicotina, el cambio puede ser completamente devastador para mí. Cuando el cambio llega a mi vida, lo haya invitado o esté tocando a la puerta sin invitación, pierdo el control que parece esencial para mi ser. Me siento mejor cuando estoy en control, y el cambio representa una falta de control total.
Durante los tiempos de cambio yo necesitaba recordar la Oración de la Serenidad, “Dios, concédeme la serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar…” No tengo realmente ningún poder sobre la dirección que toma mi vida, incluso cuando creo estar en control. Pero no importa qué camino tome mi vida, mi Poder Superior está siempre ahí para sostener mi mano y guiarme.
“Vivir la vida bajo los términos de la vida” es una buena filosofía a practicar. Es una aceptación de cualquier cambio que mi vida parezca tener. Cuando lo acepto en lugar de combatirlo, me encuentro con que disfruto mucho más mi vida, y la serenidad puede realmente encontrar un lugar en mi corazón. Afortunadamente para mí, el cambio – tanto el bueno como el malo – es parte del viaje de recuperación. Cualquiera que sea la forma que tome, ésta se amolda en la nueva persona en que me estoy convirtiendo.
Gracias Dios por darme el valor para cambiar con la serenidad.
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